Prada completa la compra de Versace y redefine el mapa del lujo italiano
Negocios
Prada Group oficializó la adquisición de la icónica casa de moda Versace, en una operación valorada en aproximadamente 1,500 millones de dólares, cerrando así uno de los movimientos estratégicos más comentados en la industria global del lujo. El acuerdo definitivo, firmado en abril con Capri Holdings, marca un giro profundo para Prada y consolida un nuevo polo de poder en la moda italiana.
Fundada en 1978 por Gianni Versace y conocida por su estética audaz, sensual y glamorosa, la marca se integrará a un portafolio que ya incluye a Prada y a Miu Miu, esta última una de las firmas de mayor crecimiento del conglomerado. Con la operación, el grupo expande su alcance creativo y comercial en un mercado cada vez más competitivo.
La transición llega en un momento simbólico para Donatella Versace, quien dedicó casi tres décadas a la dirección creativa de la casa y cuya salida en marzo abrió el camino para un nuevo ciclo. El cierre de la transacción coincidió con su cumpleaños —un hecho que la diseñadora destacó con un emotivo mensaje en redes sociales recordando a su hermano Gianni, asesinado en Miami en 1997.
En el plano corporativo, el liderazgo de Versace estará en manos de Lorenzo Bertelli, hijo de Miuccia Prada y Patrizio Bertelli, quien asumirá como presidente ejecutivo una vez que se complete la integración operativa. El directivo reveló que el interés por Versace llevaba años en marcha, con conversaciones previas incluso durante la pandemia y antes del fallido intento de Capri Holdings de vender su portafolio a Tapestry, frustrado por problemas antimonopolio.
Según Bertelli, la adquisición cumplió dos requisitos clave: un nivel de riesgo financiero manejable y el valor estratégico de sumar una de las marcas con mayor notoriedad global. La llegada de Dario Vitale —antes director de diseño en Miu Miu— como nuevo director creativo de Versace redondea la reestructura.
Con este movimiento, Prada no solo incorpora una de las casas más reconocidas del mundo, sino que también envía una señal de consolidación en la industria del lujo, donde la competencia por estatura creativa y poder de marca se intensifica. Italia vuelve a colocarse en el centro del tablero mundial del sector.





