Alemania acelera su carrera por la IA para evitar convertirse en un “museo industrial”

Alemania acelera su carrera por la IA para evitar convertirse en un “museo industrial”

Tecnología 

Alemania enfrenta una de sus advertencias más serias en décadas: sin una modernización profunda, su industria corre el riesgo de quedar rezagada ante Estados Unidos y China en la nueva economía impulsada por la inteligencia artificial (IA). La productividad estancada, la pérdida de participación en exportaciones clave y los altos costos energéticos han encendido las alarmas en la mayor economía europea.

El gobierno y las principales corporaciones alemanas ven en la IA una ventana estrecha, pero decisiva, para revertir el declive. Durante la inauguración de Jupiter, el primer superordenador exaescala de Europa, el canciller Friedrich Merz subrayó que los gigantes mundiales ya compiten “cabeza a cabeza” por el liderazgo tecnológico del futuro. Alemania, afirmó, aún tiene la capacidad de ponerse al día.

Mientras Estados Unidos y China avanzan con modelos como ChatGPT y DeepSeek, así como con chips de próxima generación, las empresas alemanas todavía enfrentan lo que expertos llaman un “purgatorio de proyectos piloto”: mucha experimentación con IA, pero poca implementación a gran escala.

Según Thomas Ramge, especialista en IA, gran parte de la industria carece de estrategias claras y de estructuras para gestionar el cambio. Aun así, cuando los beneficios económicos estén demostrados, la fortaleza manufacturera del país y su red de proveedores podrían permitir un rápido despegue.

Un estudio del instituto Ifo revela que el 41 % de las empresas alemanas ya utiliza IA, un salto de 27 puntos en un año. El sector automotriz es el más avanzado, con más del 70 % de sus firmas integrándola en producción y logística.

Sin embargo, la transformación enfrenta fuertes obstáculos: escasez de trabajadores especializados, incertidumbre regulatoria ante la Ley de IA de la UE y costos iniciales elevados que frenan a corporaciones habituadas a la cautela.

Siemens destaca como una de las empresas que ya impulsa infraestructura global de IA, equipando centros de datos de hiperescala con automatización y redes que sostienen operaciones críticas. Pero, para muchos analistas, estos avances no bastan por sí solos ante la volatilidad del sector automotriz, la competencia china y el desafío energético.

El Ministerio de Economía estima que la IA podría sumar un punto porcentual adicional al PIB desde 2026. Pese a ello, los expertos advierten que el verdadero límite será la falta de talento: aunque la adopción crece rápido, las empresas no encuentran los especialistas que necesitan.

Para Alemania, el tiempo corre. Su capacidad para modernizar su industria con IA definirá si mantiene su liderazgo manufacturero o si queda atrapada en el pasado.

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