Negocios
Nestlé sorprendió al mercado con el despido inmediato de Laurent Freixe como CEO tras descubrirse que mantenía una relación sentimental con una subordinada directa sin informar a la compañía, violando el código de conducta corporativo. La investigación interna, liderada por Paul Bulcke y Pablo Isla, concluyó que la falta de transparencia hacía imposible la permanencia de Freixe.
Philipp Navratil asumió como nuevo CEO, con experiencia en mercados como Honduras, México y la división global de café, buscando transmitir estabilidad y reforzar la cultura ética de la empresa.
Este caso refleja una tendencia global: los líderes corporativos son evaluados no solo por su desempeño estratégico, sino también por su conducta personal. Ejemplos previos incluyen Steve Easterbrook en McDonald’s y Mark Hurd en HP, cuyo comportamiento fuera de la oficina afectó la reputación de sus compañías.
Aprendizajes clave:
- Transparencia: comunicar de manera honesta asuntos relevantes, incluso personales.
- Estándar ético elevado: los CEOs definen la cultura corporativa y el ejemplo que siguen los empleados.
- Responsabilidad más allá de resultados: los logros financieros no eximen de mantener integridad y ética.
- Políticas claras y prevención: códigos de conducta y supervisión ayudan a reducir riesgos.
- Cultura corporativa sólida: un entorno ético protege la reputación y fortalece la organización.
Según el Edelman Trust Barometer 2023, el 72% considera que los CEOs deben mantener conducta ética también fuera del trabajo, y un estudio de Weber Shandwick indica que la reputación del CEO representa hasta el 45% de la reputación general de la empresa.
El caso de Freixe refuerza la idea de que la integridad y la ética personal son tan determinantes como la estrategia y los resultados financieros para el liderazgo corporativo.