Tecnología
El sector automotriz vive una transformación profunda. Lejos de ser solo un medio de transporte, el vehículo se perfila como un espacio integral para el entretenimiento, la productividad y la conexión digital. Según McKinsey & Company, para 2030 los autos inteligentes generarán más de 750 mil millones de dólares en valor agregado gracias a servicios digitales y conectividad avanzada.
La tendencia avanza rápido. Statista estima que el mercado global de software automotriz alcanzará los 60 mil millones de dólares en 2025, mientras que Deloitte revela que el 45% de los consumidores ya valora la integración de sus autos con dispositivos móviles.
En China, modelos como el Xiaomi SU7 marcan el ritmo con múltiples pantallas, diseño premium y conectividad total, un estándar que mercados como Estados Unidos y Europa buscan igualar. Innovaciones similares llegan desde Japón: Sony y Honda presentaron el Afeela 1, un auto eléctrico con consola PlayStation 5 integrada para jugar mientras el vehículo está detenido.
Mercedes-Benz apuesta por la productividad, incorporando Microsoft Teams e inteligencia artificial para videollamadas y gestión de tareas a bordo. En el plano lúdico, BYD ha generado tendencia con su sistema de karaoke integrado, que ha ganado popularidad en redes sociales.
La carrera por incluir más pantallas, consolas y funciones interactivas abre el debate sobre seguridad, ya que la delgada línea entre comodidad y distracción preocupa a reguladores y consumidores. Sin embargo, las marcas insisten: el automóvil del futuro será una plataforma digital sobre ruedas, personalizada, inmersiva y lista para trabajar o divertirse en cualquier lugar.
Gigantes tecnológicos como Google, Amazon y Microsoft ya participan en este terreno con soluciones como Android Automotive OS, Alexa Auto o Microsoft Connected Vehicle Platform, consolidando una competencia que promete acelerar la llegada de una nueva era en la movilidad global.
El sector automotriz vive una transformación profunda. Lejos de ser solo un medio de transporte, el vehículo se perfila como un espacio integral para el entretenimiento, la productividad y la conexión digital. Según McKinsey & Company, para 2030 los autos inteligentes generarán más de 750 mil millones de dólares en valor agregado gracias a servicios digitales y conectividad avanzada.
La tendencia avanza rápido. Statista estima que el mercado global de software automotriz alcanzará los 60 mil millones de dólares en 2025, mientras que Deloitte revela que el 45% de los consumidores ya valora la integración de sus autos con dispositivos móviles.
En China, modelos como el Xiaomi SU7 marcan el ritmo con múltiples pantallas, diseño premium y conectividad total, un estándar que mercados como Estados Unidos y Europa buscan igualar. Innovaciones similares llegan desde Japón: Sony y Honda presentaron el Afeela 1, un auto eléctrico con consola PlayStation 5 integrada para jugar mientras el vehículo está detenido.
Mercedes-Benz apuesta por la productividad, incorporando Microsoft Teams e inteligencia artificial para videollamadas y gestión de tareas a bordo. En el plano lúdico, BYD ha generado tendencia con su sistema de karaoke integrado, que ha ganado popularidad en redes sociales.
La carrera por incluir más pantallas, consolas y funciones interactivas abre el debate sobre seguridad, ya que la delgada línea entre comodidad y distracción preocupa a reguladores y consumidores. Sin embargo, las marcas insisten: el automóvil del futuro será una plataforma digital sobre ruedas, personalizada, inmersiva y lista para trabajar o divertirse en cualquier lugar.
Gigantes tecnológicos como Google, Amazon y Microsoft ya participan en este terreno con soluciones como Android Automotive OS, Alexa Auto o Microsoft Connected Vehicle Platform, consolidando una competencia que promete acelerar la llegada de una nueva era en la movilidad global.




