TSA analiza modificar límite de líquidos en vuelos: ¿hacia dónde va la seguridad aérea?


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La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) está evaluando una revisión significativa de su política actual sobre el límite de líquidos permitidos en vuelos comerciales, que hasta ahora ha estado fijado en 89 mililitros por envase. Esta medida, vigente desde hace años, ha generado molestias constantes entre viajeros, pero es el resultado de estrictos protocolos diseñados para evitar amenazas a bordo.

Recientemente, Kristi Noem, gobernadora de Dakota del Sur, sugirió la posibilidad de flexibilizar estas restricciones para mejorar la experiencia de los pasajeros, siempre y cuando la seguridad no se vea comprometida. Esta propuesta ha abierto un debate sobre cómo equilibrar la protección con la comodidad, en un contexto donde las tecnologías de detección y seguridad avanzan a ritmo acelerado.

La TSA, por su parte, ha reconocido que está explorando nuevas tecnologías y sistemas que podrían permitir un aumento en los límites de líquidos, pero enfatiza que cualquier cambio debe basarse en análisis rigurosos y pruebas exhaustivas. La seguridad sigue siendo su prioridad inamovible, especialmente ante la persistencia de riesgos globales y ataques complejos.

Este posible ajuste llega en un momento en que la industria aérea busca recuperarse de la crisis sanitaria y mejorar sus servicios para recuperar la confianza de los pasajeros. Un límite más flexible podría acelerar los procesos de revisión y reducir filas, pero también plantea retos para agentes y tecnología de inspección.

El futuro de esta medida dependerá de la capacidad del sector para innovar sin sacrificar la seguridad, un equilibrio delicado que marcará la experiencia del viaje aéreo en los próximos años. Las autoridades y pasajeros estarán atentos a las decisiones que la TSA tome en este sentido.

Fuente: Forbes

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