Rigoberta Menchú recibe la nacionalidad mexicana: un gesto de reconocimiento a su legado


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La Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, recibió oficialmente la nacionalidad mexicana por naturalización, en un acto que reconoce no solo su vínculo con México, sino su compromiso con la justicia social, los derechos humanos y la dignidad de los pueblos indígenas en América Latina. La ceremonia, presidida por autoridades del Gobierno mexicano, marca un momento significativo para la política exterior del país.

Rigoberta Menchú ha mantenido una relación profunda con México desde hace décadas. Durante su exilio en los años 80, encontró aquí un espacio de lucha, solidaridad y refugio. En territorio mexicano consolidó muchas de sus iniciativas por los derechos de los pueblos originarios y su voz ha sido clave para visibilizar los abusos y exclusiones que aún enfrentan.

En su discurso de aceptación, Menchú recordó la importancia de la interculturalidad, el respeto entre naciones y la necesidad de construir puentes entre los pueblos. "México ha sido mi casa, mi escuela y mi campo de batalla por la paz", dijo emocionada. Afirmó que este reconocimiento es también un compromiso para seguir trabajando por una región más justa y equitativa.

La entrega de la nacionalidad a una figura como Menchú es también un mensaje político: México reafirma su tradición de solidaridad con quienes luchan por la justicia en el mundo. En un momento de transformación global, su figura sirve de ancla para reflexionar sobre el papel de los liderazgos éticos y su importancia en la región.

El legado de Rigoberta Menchú trasciende fronteras, y con este acto, se formaliza una relación que ya era cercana. Su historia es un recordatorio de que la lucha por los derechos humanos no conoce de nacionalidades, y que la dignidad puede, y debe, tener múltiples hogares.

Fuente: Proceso

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